La poodle skirt se convirtió en un ícono de la moda Americana durante la década de los 50’s.
Posiblemente, cuando piensas en la moda de los años 50’s, te vendrá a la cabeza una falda amplia con aplicaciones; éstas son conocidas como poodle skirts.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Christian Dior dio un nuevo aire a la feminidad con el New Look, con el que se enfocaba la cintura y, por medio de faldas con mucho volumen, daba la ilusión de tener una cintura muy pequeña.
De la popularidad que estaba teniendo la silueta del New Look, nace la inspiración de las tan conocidas faldas de lana con muchísimo vuelo y con divertidas aplicaciones.
En 1947 Juli Lynne Charlot, actriz y cantante estadounidense, necesitaba una falda para una fiesta navideña de último momento. Charlot no tenía mucho presupuesto y tampoco habilidades para la costura, por lo que su creatividad se vio reflejada en su creación: una falda circular de lana (un círculo grande con otro más pequeño en el centro para la cintura) con divertidas figuras navideñas que ella misma había cortado en lana.
La simplicidad y creatividad del diseño de Juli Lynne Charlot inmediatamente llamó la atención de los asistentes a la fiesta. Gracias al éxito que tuvo su falda, Charlot decidió hacer otros modelos y venderlos en una tienda local. Las faldas ganaron popularidad y los pedidos no dejaron de llegarle a Charlot, por lo que al poco tiempo abrió su propia fabrica.
Lo que Charlot buscaba con cada falda era que cada uno de los diseños contara una historia diferente. Rápidamente las poodle skirts se convirtieron en una tendencia DIY para los adolescentes, por su facilidad y las pocas habilidades que se necesitaba para confeccionarlas, e incluso, que cada quien podía personalizarlas tal y como quisiera.
A la vez que la popularidad de las faldas fue creciendo, Charlot se inspiró en las calles para crear la iconica versión con los poodles en ella. Durante los 50’s era muy común ver a las mujeres pasear a sus pequeños perros por largas horas con outfits increíbles, por lo que Juli Lynne Charlot creó su versión con 3 poodles, en el que cada perro tenia una personalidad diferente.
La popularidad de las aplicaciones de perros fue tanta que, de ahí, nació el nombre para estas faldas y podía verse a todas las mujeres estadounidenses con su propia versión de poodle skirts.
Lo increíble de estas faldas es que, aunque el diseño del perrito fue el más popular, podían ponerse las aplicaciones que cada quien quisiera. Lo único que se necesitaba era una falda circular y mucha creatividad, por lo que, las mujeres podían expresarse a través de la ropa con sus diseños únicos.
En 1953 Bettie Morrie hizo un divertido diseño, en el que fusionó su pasión por los juegos de mesa con la moda: tableros de juego bordados en su falda, le permitían jugar en donde fuera que se encontrara; incluso las piezas y las fichas se encontraban en una pequeña bolsa de la falda. Esta es entonces, una ingeniosa y multifuncional idea.
Las poodle skirts fueron en los años 50’s una divertida forma de expresión y una manera muy original y creativa de contar historias.
Una vez más, la moda nos enseña que la creatividad no tiene límites y que la ropa nos puede servir como una excelente forma de expresión.
¿Qué aplicaciones le pondrías tú, si las poodle skirts estuvieran de vuelta?
xx, G
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